Tárrega se agiganta
César Tárrega, central que se ha convertido en un fijo en la zaga del Valencia, se exhibió ante la Real Sociedad e igualó el récord de despejes en un partido de liga esta temporada: 15
VALENCIA CF


El Valencia hace piña sobre César Tárrega / @valencia cf
César Tárrega regresó el pasado verano al Valencia CF tras una exitosa cesión de media temporada en Segunda División que cambió su ‘status’ en la plantilla che. Porque, tras disputar 7 minutos en la primera vuelta, el canterano puso rumbo al Valladolid con Gabriel Paulista, Diakahby, Mosquera como tapones para su participación y un Yarek que le arrebató el espacio del 4º central. Pero el de Aldaia se convirtió en una de la piezas claves para que el Pucela volviera a Primera División y se ganó su propio ascenso.
En su regreso, los méritos de Tárrega se unieron a la salida del brasileño y la grave lesión del francés para situarlo mínimo como el principal suplente de la pareja Yarek-Mosquera. En parte porque el club se conformó con Caufriez para ejercer la labor de central veterano que complementar a los jóvenes canteranos. Y no funcionó.


César Tárrega celebra una acción / @valenciacf
Indiscutible para Baraja y Corberán
Pero, en la jornada 3, Tárrega le birló la titularidad de Yarek. Y desde entonces no la ha soltado, ya que solo ha sido suplente en un partido de liga: frente al Alavés, en el último con Baraja en el banquillo. Corberán lo devolvió al XI inicial en su debut ante el Madrid y lo mantuvo ante Sevilla pese a cometer el penalti del 1-1 frente al conjunto blanco.
También salió de inicio ante la Real Sociedad, en el que sería el mejor partido de Tárrega hasta la fecha. El canterano se erigió como en un muro en el área sobre el que el Valencia se sostuvo para mantener una portería a cero necesaria para lograr la primera victoria liguera de la era Corberán y que la permanencia siga pareciendo un posible.
El conjunto guipuzcoano buscó igualar el tanto de Hugo Duro a base de centros al área y ahí Tárrega se hizo gigante. Realizó un total de 15 despejes, un récord que en esta temporada en LaLiga solo tiene un precedente. El pepinero Nastasic hizo la misma marca en la derrota del Leganés frente al Atlético de Madrid en la primera vuelta.
Un central clásico y con margen de mejora
Tárrega es un defensor fiable y de corte clásico. Al contrario que muchos centrales modernos, no destaca por sus aptitudes con el balón en los pies pero sí por sus condiciones defensivas en el área. Es un ganador de duelos que se siente cómodo en el cuerpo a cuerpo y que alberga un gran poderío aéreo gracias a sus 194 centímetros de altura. Además, comete pocos errores y tiene cierta velocidad para corregir los ataques a sus espalda.
En números, esta temporada acumula 17 titularidades en liga, tres amarillas y dos tantos en jugadas a balón parado. Un tanto sirvió para acortar distancias en la derrota ante Las Palmas y otro para el 1-0 en el emotivo duelo ante el Betis después de la DANA. Además, es el 9º jugador de Primera con más despejes y el séptimo central con más duelos aéreos ganados.
Lógicamente, el joven defensor de 22 años tiene defectos por pulir. Su principal margen de mejora está en las situaciones fuera del área, donde tiene que mejorar en su toma de decisiones, ya que tiende a ir siempre al contacto y sufre ante atacantes ágiles y con calidad en espacios reducidos. Aunque no sea un especialista en ello y su equipo no lo demande demasiado, también debería mejorar su trato con balón y tiene condiciones para ser aún más dominante en el juego aéreo.


Tárrega se prepara para lanzar un balón parado / @valenciacf
Pero la mayoría de debes y virtudes por agudizar son habituales en los jóvenes centrales de su perfil. Sumar más partidos le hará mejor y le permitirá coger más poso y jerarquía en la élite. Es por ello que posiblemente el Valencia necesitaría en su plantilla a un central de mayor experiencia para acompañar y tutelar tanto a Tárrega como a Mosquera y Yarek.
Pero, como Javi Guerra o Diego López, son un grupo de jóvenes que han tenido que rendir desde muy pronto en un contexto de máxima exigencia y dureza emocional para ir posponiendo un descenso que parece inevitable hasta que haya un cambio en la dirección del club.